viernes, 6 de marzo de 2009

Llegada a casa y semana del papeleo

Voy a aprovechar que están los niños en la cama para contar un poco lo que ha sucedido en estas casi dos semanas.

En Beijing, sólo estuvimos 4 días completos y fueron muy, muy intensos. El final de la burocracia en China, la muralla, el Templo del Cielo y el Palacio de Verano, dejaron algo de espacio para hacer algunas compras en el mercado de la seda (regalos) y volver a la tarde siguiente a por una maleta nueva porque ya no nos cabía nada. Hacía bastante frío y la muralla tenía todavía algo de nieve.

Ahora que he mencionado el tema compras, dejé la oportunidad de comprarme en Guangzhou un iPhone por 600 yuanes, pero me enteré prácticamente el último día y ya no teníamos tiempo de ir. Buahhhhh

La vuelta a España con un enano de 2 años es complicada, pero aún así, se me hizo peor la ida. El vuelo salió con casi 2 horas de retraso. Enzo tenía hambre y cuando eran las 19h +/- empezó a dormirse. No cogía la postura, ni encima nuestro, ni sólo, ni sujeto, ni suelto....cada vez que quería dar la vuelta, como en el hotel, se ponía a llorar y a pegar patadas hasta que le calmábamos y volvía a dormirse otro rato.


Como estábamos muy aturdidos con la vuelta, se nos olvidó pedir la tarjeta de embarque para el siguiente vuelo, el de Amsterdam-Madrid y como salimos con tanto retraso no sabíamos si llegaríamos a tiempo para coger el avión y poder dormir en casa.


Nada más llegar a Amsterdam, igual que hacen los chinos, nos levantamos antes de que apagaran la señal de los cinturones, nos adelantamos todo lo que pudimos a la puerta de salida (Paco con Enzo y yo con las bolsas de mano y entre medias Elisa y Dima) y en cuanto abrieron y salieron los de 1ª, empezamos una maratón por todo el aeropuerto hasta localizar dónde nos daban la tarjeta y llegar a la puerta de embarque (en la otra punta, claro). Por suerte, el inglés de aquí era el mismo que habla Paco, bastante diferente al que hablaban las azafatas de China Southern Airlines (no recomendamos esta cía). Al final, logramos montar en el avión que nos llevaría a Madrid por los pelos, pero montamos.


Enzo comió un poco y se volvió a dormir. Estábamos muy preocupados por si dormía mucho y en casa se desvelaba.



A la llegada a Madrid, nos dimos cuenta que nos faltaba una maleta y el carro, además la maleta de frágil venía sin etiqueta, pero no le dimos importancia, pusimos la reclamación de lo que faltaba y salimos. Detrás de la puerta de salida mi hermano Jose filmando la llegada del enano, tal y como le pedí. Fue a recogernos con su coche de 7 plazas y gracias a que nos perdieron ese par de bultos pudimos meter el resto en la 7ª plaza y llegar a casa. Ya era media noche y cuando quisimos acostarnos, prácticamente la 1 de la madrugada.


Nos equivocamos, Enzo durmió fenomenal hasta las 6 que nos levantamos todos. Esta semana se han estado levantado todos entorno a las 6:00 /6:30 y por la noche estamos todos rotos y nos acostamos muy pronto. A las 8:00 /8:30 Enzo, media hora más tarde Dima, media hora más tarde Elisa y media hora más tarde los padres.

Esta semana ha sido movidita:

- Lunes: empadronamiento, pediatra (cogimos cita desde China a nombre de Dima), tarjeta sanitaria, colegio de Dima para adscribirle a un centro de primaria, pedir cita a Pediatría Social (para el lunes que viene) y hacernos foto para el carnet de familia numerosa.


- Martes: solicitud de inscripción en el Registro Civil, recoger mi documentación en la empresa para la prestación de la S.S. por maternidad.

- Miércoles: solicitud y recogida del certificado de familia numerosa, cierre del expediente en el IMMF, recogida de documentación de la empresa de Paco para la prestación por paternidad.

- Jueves: solicitud de prestación en la S.S. de la maternidad y paternidad. Escaneo de todas las facturas de China (se nos olvidaron las de las comidas)

- Viernes: adscripción de Enzo a la sociedad médica (fallido de momento) y solicitud de los gastos de adopción a la misma entidad (dicen que lo mandan a Majadahonda, espero que no se pierdan las facturas por el camino).

A parte de esto, visita de abuelos, tíos y primos. Llevar y recoger a los niños del cole. Recoger lo de las maletas, que parece que nunca se acaba. Poner lavadoras, secadoras, atender llamadas de amigos, planchar, comidas, compra....


Ayer me preguntó Paco por unas zapatillas deportivas que se compró en Guangzhou y le contesté que venían en la maleta verde y él me contesta que no, que no las ha visto y yo supersegura de haberlas metido y entonces, me llega el flash de la maleta (que no tiene llave) y la falta de la pegatina frágil a su llegada a Barajas. Suponemos que la abrieron por sospechosa porque llevaba un par de figuras de porcelana envueltas en poliespán y que bien no se acordaron de meter todo, o que se las quedaron al verlas sin estrenar. Fuera como fuere, Paco no ha podido estrenar sus chachi zapatillas nuevas.


Esta semana Enzo ha estado durmiendo mejor que en los hoteles. Al llegar se quedó observando toda la casa, no fue la misma reacción que en los hoteles, al ver fotos de los niños por toda la casa es como si intuyera que no era lo mismo que donde habia estado estos 15 días con nosotros. Eso sí, la siesta es otro cantar....


No me entretengo más, que está la supernani y yo estoy muy necesitada de consejos ;-)


Os pongo alguna fotillo (de casa y de allí)


Por cierto, ¿no le véis más gordo?





Mirad para qué sirven unos tirantes, ¡para sujetar las manos, claro!






























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